La posibilidad de congelar esperma ofrece a muchos hombres la tranquilidad de preservar su fertilidad de cara al futuro. En España, este procedimiento está regulado, es accesible y cada vez más solicitado por diferentes motivos médicos, personales o sociales. A continuación, explicamos cuándo puede ser recomendable, cómo se realiza y qué debes considerar antes de tomar la decisión.
¿En qué consiste la congelación de esperma?
La congelación o criopreservación de esperma es un procedimiento mediante el cual una muestra seminal se conserva a muy bajas temperaturas, generalmente en nitrógeno líquido, para mantener intactas sus propiedades durante largos periodos de tiempo. Esto permite utilizarla posteriormente en tratamientos de reproducción asistida, como la inseminación artificial o la fecundación in vitro.
El proceso es sencillo y se realiza en bancos de semen o clínicas de fertilidad acreditadas. Tras la recogida de la muestra, los espermatozoides se mezclan con un medio crioprotector y se almacenan en pajuelas que se mantienen en tanques especiales.
¿Cuándo conviene congelar esperma?
Existen múltiples razones por las que un hombre puede plantearse esta opción. Entre las más habituales encontramos:
Antes de recibir tratamientos oncológicos (quimioterapia o radioterapia) que puedan dañar la producción espermática.
En caso de diagnóstico de enfermedades que puedan afectar a la fertilidad futura.
Antes de una vasectomía, como medida preventiva en caso de arrepentimiento.
Cuando se prevé un deterioro progresivo de la calidad seminal, como ocurre en algunos casos de varicocele o alteraciones testiculares.
En hombres que trabajan en entornos de riesgo (exposición a tóxicos, radiaciones o altas temperaturas).
Por motivos sociales o personales, como el deseo de retrasar la paternidad.
En este último punto, cabe recordar que, al igual que ocurre con la congelación de óvulos, la edad influye en la calidad del esperma. Aunque los hombres producen espermatozoides a lo largo de toda su vida, a partir de los 40-45 años se observa un descenso en movilidad y aumento de fragmentación del ADN, lo que puede afectar a las probabilidades de embarazo.
¿Cómo es el proceso paso a paso?
El procedimiento es rápido y no requiere hospitalización. Generalmente, sigue estas etapas:
Evaluación inicial: se realiza una historia clínica y, en algunos casos, un seminograma para comprobar la calidad seminal.
Obtención de la muestra: la forma más habitual es la masturbación en un espacio habilitado en la clínica. Si no fuera posible, pueden emplearse técnicas quirúrgicas para recuperar espermatozoides.
Procesamiento y criopreservación: la muestra se analiza, se seleccionan los espermatozoides viables y se mezclan con un medio protector antes de congelarlos en nitrógeno líquido.
Almacenamiento: los espermatozoides se guardan en tanques especiales con control de temperatura, donde pueden permanecer durante años sin perder viabilidad.
En algunos bancos se recomienda realizar varias donaciones para disponer de un mayor número de muestras en el futuro.
¿Qué dice la legislación española?
En España, la criopreservación de gametos está regulada por la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida y por el Real Decreto-ley 9/2014, que establece normas sobre obtención, conservación y utilización de tejidos y células. Estas normas garantizan la seguridad del procedimiento y la trazabilidad de las muestras.
La ley no establece un límite máximo de años de almacenamiento, por lo que el semen puede conservarse indefinidamente mientras se mantengan las condiciones adecuadas. No obstante, el paciente debe renovar periódicamente su consentimiento.
Pros y contras de congelar esperma

La criopreservación es una técnica segura y extendida, pero conviene conocer sus pros y contras:
Pros:
Preserva la fertilidad en situaciones de riesgo médico.
Permite posponer la paternidad sin depender de la edad futura.
Facilita la planificación de tratamientos de reproducción asistida.
Contras:
La calidad inicial del semen influirá en los resultados futuros.
Puede ser necesario combinar el uso del semen congelado con técnicas como la ICSI en casos de baja calidad.
El coste de almacenamiento debe asumirse de forma continuada.
Coste y disponibilidad en España
En la sanidad pública, la congelación de esperma está cubierta principalmente para pacientes oncológicos. En el ámbito privado, el precio suele oscilar entre 300 y 500 € por el procedimiento inicial, con cuotas anuales de conservación que rondan entre 100 y 300 € según la clínica.
Relación con otros tratamientos de fertilidad
El semen congelado puede emplearse en distintos tratamientos, dependiendo de cada caso clínico. Desde procedimientos de baja complejidad como la Inseminación Artificial, de la que ya hablamos en el artículo sobre Inseminación Artificial: cuándo es recomendable y tasa de éxito en España, hasta técnicas más avanzadas como la FIV. Si estás interesado en esta última, te recomendamos fervientemente investigar acerca de en qué consiste la Fecundación In Vitro (FIV), guía paso a paso.
Conclusión
La congelación de esperma es una herramienta eficaz y accesible para preservar la fertilidad masculina en España. Cada vez más hombres recurren a ella, tanto por motivos médicos como por la posibilidad de planificar su paternidad con mayor libertad. Consultar con un especialista en reproducción asistida permitirá valorar si es el momento adecuado y qué opciones se adaptan mejor a cada situación.
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Staff
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